Desde que se atrevió a enfrentarse en la pantalla a Meryl Streep, Tom Cruise y Robert Redford en Leones por corderos cuando apenas tenía 23 años, Andrew Gardfield se ha consolidado como uno de los más grandes de su generación. Además, en películas tan excepcionales como Silencio de Martin Scorsese o Hasta el último hombre de Mel Gibson, el joven actor ha mostrado su capacidad para interiorizar personajes con una honda sensibilidad espiritual. En Por mandato del cielo podría llegar mucho más lejos dramáticamente si el guionista Dustin Lance Black (ganador de un Oscar por Mi nombre es Harvey Milk), hubiese dedicado un poco más de tiempo a definir sus convicciones religiosas, en la línea de otras series como Rectify.
El director de la serie es David Mackenzie, un realizador con un prestigio considerable gracias a thrillers tan logrados como Convicto o Comanchería. Aunque la trama tiene demasiados saltos en el tiempo, y la pareja antagónica de policias resulta demasiado influenciada por producciones mucho mayores como Seven de David Fincher o la primera temporada de True Detective de Cary Joji Fukunaga, la planificación de la serie y el reparto son admirables.
El ritmo y la intensidad del relato tienen bastantes altibajos, pero el guion sabe arrancar y terminar la historia con bastante acierto, incluyendo algunos giros ingeniosos. Probablemente, la serie mejoraría mucho si el metraje fuese más ajustado y se cuidasen con más detalle las tramas secundarias. Es un lástima, por ejemplo, que la protagonista asesinada no tenga más desarrollo dramático en los numerosos flashback. Con todo, es una serie superior a la media en un género saturado de títulos en plataformas, y resulta acertadamente elíptica a la hora de retratar la controvertida poligamia de la escisión de los mormones.
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