Anna R. Costa ya dejo claro en su anterior serie con Paco León (Arde Madrid) su estilo y prioridades argumentales. Con Fácil intenta una serie difícil que haga pensar al espectador y se convierta en un referente para adultos y educadores responsables de personas con diversidad funcional.

La mayoría de tramas se centran en las necesidades sexuales de las protagonistas, con un tono muy superficial que acaba por degradar las buenas intenciones que presuponía la serie. De esta manera, Fácil incide en las mismas soluciones que proponen películas recientes de temática similar como La consagración de la primavera (Fernando Franco, 2022) o la francesa Mentes maravillosas (Bernard Campan, 2021). El nivel intrepretativo es excelente, con actrices que tranmiten simpatía y naturalidad como las reconocidas Bruna Cusí, Natalia de Molina, Anna Castillo y la divertidísima primeriza Anna Marchessi.

El humor en ocasiones resulta muy acertado al imprimir un ritmo muy ágil a la historia, pero el paso de los capítulos revela un sentimentalismo asfixiante y un discurso epidérmico sobre la libertad con muy pocos matices de interioridad que aporten la dignidad que merecen los personajes. El uso constante de música intenta maquillar las carencias de un recorrido dramático con muy poca profundidad.