Noemí Redondo es muy joven todavía para tener una trayectoria tan madura como cineasta. Como documentalista puede presumir de haber escrito y dirigido tres grandes docuseries: Yo fui un narco (portagonizada por Laureano Oubiña), Dolores: La verdad sobre el Caso Wanninkof y ahora Se busca millonario, una investigación sobre el famoso boleto premiado y sin dueño aparecido en La Coruña en 2012 con valor de 4,7 millones de euros.
A pesar de que esta docuserie no llega al nivel excelente de las dos anteriores, la historia da mucho juego a la realizadora para hacer un casting a fondo a toda una sociedad como la coruñesa. De las más de 200 personas que se presentaron como presuntos dueños del deseado boleto, la realizadora se centra en la docena con más coartadas para ser verdaderamente los premiados. La planificación del documental es atractiva con un uso algo reiterativo pero eficaz de maquetas de la ciudad, y fragmentos de las entrevistas de los solicitantes, muchos de ellos con un toque de humor y naturalismo gallego.
En algún momento la docuserie recae a mitad de metraje, con la sensación de que hubiese sido mejor que tuviese un capítulo menos. A pesar de todo, la historia tiene giros inesperados, especialmente brillante en el caso del final del primer episodio. El relato recuerda por momentos a Bienvenido Mr. Marshall en ese recorrido por los deseos de los protagonistas que aspiran a una vida mejor. La directora y guionista no juzga a cada uno de ellos, sino que muestra una comprensión que humaniza una historia de la ambición humana que podía ser fría y despiadada.
Claudio Sánchez
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