Un nuevo videojuego convertido en serie y a la vez punto de conexión entre críticos de todo el mundo entusiasmados con este nuevo mundo. Fallout tiene entre sus directores a Jonathan Nolan, hermano de Christopher, y creador de la también mitificada «Westworld». Entre las dos series hay varias similitudes: un mundo alternativo, presupuesto elevado, efectos especiales y una suma considerable de sexo y violencia, está última rozando el gore.
La serie tiene la habilidad de jugar con varios géneros, pasando de la ciencia ficción a la comedia gamberra con momentos más drámaticos. El entretenimiento que procura depende mucho del espectador y su conexión con los mundos virtuales y el humor soez tirando a negro. Desde luego es una serie adulta con formato de ficción juvenil, con un reparto en el que hay algunos actores tan carismáticos de la ciencia ficción como Kyle McLachlan (Dune), Elsa Purnell (Ejército de los muertos) o Zach Cherry (Separation).
Tanto el diseño de producción como la planificación es videoclipera tirando hacia el videojuego, con uso constante de ralentizados y cortes rapidos. El guion pretende llegar a cierta profundidad en algunas escenas, pero esos intentos suenas muy epidérmicos e inverosímiles al tratarse de un parque de atracciones que busca cualquier excusa para un nuevo looping.
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