La historia real que cuenta esta serie tiene todos los alicientes para convertirse en una de esas producciones pletóricas de morbo. Pero su creador, el británico Saul Dibb (Suite francesa, Muerte en Salisbury), es un director y guionista con personalidad que sabe contar con elipsis y sugerencia. Si a eso unimos el trabajo del magnífico reparto liderado por el veterano Timothy Spall y el joven irlandés Eanna Hardwicke, la serie resulta perturbadora, pero equilibrada. La tensión de la trama se mantiene en 4 capítulos en que se hace una crítica muy sugerente al sentimentalismo religioso y su adopción ingenua de la ideología de género.
Pacto de Estado Menores Digitales
El pasado 11 de septiembre se celebró en el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid una mesa redonda para analizar el avance del Pacto de Estado Menores Digitales y remarca la urgencia de las medidas desarrolladas en el informe multidisciplinar que dio forma a la...
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