La historia real que cuenta esta serie tiene todos los alicientes para convertirse en una de esas producciones pletóricas de morbo. Pero su creador, el británico Saul Dibb (Suite francesa, Muerte en Salisbury), es un director y guionista con personalidad que sabe contar con elipsis y sugerencia. Si a eso unimos el trabajo del magnífico reparto liderado por el veterano Timothy Spall y el joven irlandés Eanna Hardwicke, la serie resulta perturbadora, pero equilibrada. La tensión de la trama se mantiene en 4 capítulos en que se hace una crítica muy sugerente al sentimentalismo religioso y su adopción ingenua de la ideología de género.
CRÍTICA Adolescencia
Netflix es un caja de sorpresas, capaz de ofrecer trucos excepcionales de creatividad a la vez que ofrece otros cientos de producciones de algoritmo. El pasado 13 de marzo estrenaba Adolescencia, una serie británica que ha impactado por completo a todo el planeta,...
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