La historia real que cuenta esta serie tiene todos los alicientes para convertirse en una de esas producciones pletóricas de morbo. Pero su creador, el británico Saul Dibb (Suite francesa, Muerte en Salisbury), es un director y guionista con personalidad que sabe contar con elipsis y sugerencia. Si a eso unimos el trabajo del magnífico reparto liderado por el veterano Timothy Spall y el joven irlandés Eanna Hardwicke, la serie resulta perturbadora, pero equilibrada. La tensión de la trama se mantiene en 4 capítulos en que se hace una crítica muy sugerente al sentimentalismo religioso y su adopción ingenua de la ideología de género.
El Pacto de Estado digital premiado por los informáticos de Galicia
El Colexio Profesional de Enxeñería Informática de Galicia galardona la colaboración interadministrativa de la iniciativa promovida por la Asociación Europea para la Transición Digital, iCmedia, Save the Children España, Unicef España, Fundación ANAR y Dale Una...
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