La historia real que cuenta esta serie tiene todos los alicientes para convertirse en una de esas producciones pletóricas de morbo. Pero su creador, el británico Saul Dibb (Suite francesa, Muerte en Salisbury), es un director y guionista con personalidad que sabe contar con elipsis y sugerencia. Si a eso unimos el trabajo del magnífico reparto liderado por el veterano Timothy Spall y el joven irlandés Eanna Hardwicke, la serie resulta perturbadora, pero equilibrada. La tensión de la trama se mantiene en 4 capítulos en que se hace una crítica muy sugerente al sentimentalismo religioso y su adopción ingenua de la ideología de género.
CRÍTICA Little Bird, los niños robados
En 2013, Salvador Calvo realizó una de las mejores miniseries españolas producidas por Telecinco: Niños robados. Basándose en una historia real en los últimos años del franquismo, esta producción contaba con sensibilidad el secuestro sistemático de hijos de madres...
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